La sombra y los volcanes
Lo primitivo farfulla en el anonimato
con sus garras y sus dientes de sable,
escupiendo a las normas y al recato
oculto tras el prisma de lo amable.
Es una forma vil y oscura,
lasciva y desagradable,
que bebe desde la negrura
más allá de lo imaginable.
Vive en el espejo marchito del cristal,
entre las pócimas y los sonidos graves;
debajo del torso y la zona inguinal,
donde queman las fraguas y los volcanes.
Y allí vulcano grita a pleno pulmón
avivando su fulgor y su cráter,
rociando de lava y almidón
mientras todo se derrite bajo llave.
Porque esa sombra es espesa y naranja,
¡Un calvario para las formas suaves!,
castigada en un foso cerrado de lava
para que se calcinen todas sus naves.
Un invento del hombre moderno,
un triunfo del intelecto y sus enclaves,
que confundió lo ignífugo y lo obsceno
por temor a sus inflamables desmanes.
Pero no siempre podrás hacer oídos sordos,
no siempre contendrás a las tropas de Ares,
que avanzarán como los suevos y los godos
hasta incendiar todos tus planes.
Sin embargo…
Un día saldrá del agujero como un tordo,
vestido como el fénix, rey de las aves,
con palabras de fuego y pico de cóndor
para juntar las llamas con los mares.
Gracias a Free-Photos por la foto