Los gnomos del parque
Los gnomos del parque
están en todas partes:
en los alcornoques,
las bayas y los matorrales;
y cuando bajan al suelo
o se caen de los árboles,
corretean entre los niños
cerca de los toboganes.
Los gnomos del parque
temen al pie grande,
ese pie gigante
del que hay que huir
para que no te aplasté.
“Es la suela del hombre
y la pisada menguante.”
Los gnomos del parque
hablan de la leyenda
de un gran alce
que se ve entre los pinos
los martes por la tarde
y van en su búsqueda
entre palmas y cantes.
Y se encuentran un duende
con careta de ángel
que canta como un pájaro
un montón de disparates.
Y les muestra una esmeralda
de un verde brillante,
tan grande como una roca
oculta entre el follaje.
Y la tocan con sus dedos,
con sus pequeñas falanges,
para entrar en otra dimensión
más allá del verde cuadrante.
Y vuelan por los aires
e incluso hasta se deshacen,
uniéndose a ese verde corazón
que palpita en la gran madre.
Y cuando vuelven al parque
y salen del trance
tienen la cara pintada
como en una fiesta de disfraces.
Los duendes del parque,
pequeños gigantes
que están en todas partes.
Allí, entre las setas,
los matojos o los perales
y cuando cae la tarde
corretean entre los niños
con sus verdes trajes.
Gracias a diego_torres por la foto.