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A través del espejo

A través del espejo

ACTO I

A través del espejo
vi todo el universo,
en cada partícula
y en cada reflejo.

Dos luces se polarizaron
en pleno movimiento,
eran como un destello
y un estrépito
por fuera y por dentro.

Volaban por el cosmos
desde el comienzo,
dos haces y dos espectros
en buscas de respuestas
y de consuelo.
Eran Gamma y Reflejo:

Gamma: No entiendo.
No entiendo
lo que veo.

Reflejo: Porque es todo un sueño.

Gamma: ¿Cómo que un sueño?

Reflejo: Ya nada es nuevo,
Gamma.

Gamma: Pero si nos conocemos
desde el primer apogeo,
desde el rugir del trueno,
cuando todo era amarillo
como un incendio.

Reflejo: Y aún así es un misterio.
Apenas ha pasado el tiempo,
seguimos vagando
y flotando lento.

Gamma: ¿Lento dices?
Pero si parece un concierto,
un baile techno.
¿A caso no recuerdas
las tormentas de helio,
cuando no había planetas
y solo un fulgor eterno?

Reflejo: Aquello era sosiego
todo el mundo nuestro,
no había sombras
ni espectros.

Gamma: ¡Reflejo! ¡Reflejo!
siempre todo tan incierto,
tan oscuro y negro.

Reflejo: Es que soy un muermo.
Uno de esos rayos
que no tiene cuerpo.

Gamma: Se me ocurre una idea. Una idea.
Vamos al centro
donde están todos los reflejos,
donde aún es día
porque no existe el tiempo.

Reflejo: ¿A dónde es eso?

Gamma: A la Cabeza del Ciervo,
una galaxia
donde no hay invierno,
donde los haces cantan
sonidos de fuego.

Reflejo: ¡Yo quiero!
¡Yo quiero!

Gamma: ¡Pero si está contento!

Reflejo: No iba a estarlo, como si me leyera el pensamiento.

Gamma: Pues vamos, vamos
en este mismo momento.

Reflejo: ¿Pero y cómo lo hacemos?

Gamma: Una vez tuve un sueño
consistía en darse las manos
y apretar los dedos;
y gritar con todos los presentes:
¡Allá vamos! ¡Allá vamos
Cabeza de Ciervo!

ACTO II

Y una luz apareció
entre ellos
una puerta secreta
hacia el origen del universo.
Y ellos la cruzaron
hasta llegar al portero.

Gamma: ¿Y tú quién eres?

Portero: El portero

Reflejo: ¿El portero?

Portero: Sí, el portero de Cabeza de Ciervo…
Aquí solo tienen acceso
los rayos primeros,
los que fueron creados
cuando todo era un caldero.

Reflejo y Gamma lo miraron boquiabiertos.

Reflejo: ¿Y eso cómo lo demuestro?

Gamma: Sí, eso.

Portero: Pues por el acento.
Esos rayos hablan
en estruendo,
el idioma del magma
y del extranjero.

Reflejo: ¡No entiendo! ¡No entiendo!
Nos estás tomando el pelo.

Portero: Es un idioma pionero
de los haces que
vertebran el universo.

Gamma: ¿Y si no hablamos ese dialecto?

Portero: ¿Cómo que dialecto?

Gamma: Quiero decir el idioma ese del vertebro.

Portero: Pues entonces tendréis que decirme
la contraseña que da sentido a todo esto.

Reflejo: Eso es fácil
La sabe cualquier bombero
que haya nacido con el estruendo.
Es yo sueño… Yo sueño

Portero: Podéis pasar rayos primeros.

ACTO III

Y así lo hicieron
como en un festejo
y en un pasadizo de fuego;
habían llegado al centro
del orden y del misterio
donde todo eran llamas
en la Cabeza de Ciervo.
La velocidad subía,
centelleaban los decibelios,
mitad sonoros, mitad silencio.
Y vieron una supernova
y el cosmos entero
hasta llegar a una luz
que iluminaba el comienzo.

Gamma: ¿Así que es esto?

Reflejo: Todo es nuevo

Gamma: ¿Y si la tocamos, estaremos muertos?

Reflejo: Se oye un susurro
que viene de dentro.

Gamma: ¿Y qué dice?

Reflejo: Habla el idioma primero.

Gamma: Al fin lo conocemos.

Y tocaron la luz
y se fundieron
para ser de nuevo el todo
por un momento.
Todo tenía sentido
ya no había pensamiento
ni tampoco reflejo;
solo un estruendo
que destruía el tiempo.

Y allí estaban Gamma
y Reflejo
siendo solo uno
con todo el universo.

A través del espejo. Imagen de Aldebaran S

Gracias a Aldebaran S por la foto.

*De esta obra de teatro se ha omitido el texto referente a la presentación de los personajes, emociones, entonación y estado de ánimo para que sea más sencilla su lectura.

Poema filosófico

Poema filosófico

«No hay distinción
en lo que no tiene condición,
en lo que es vacío
y no tiene contenido.

Todo objeto
cuanto más lo miras
está hueco por dentro
aunque parezca lleno.

Es el gran misterio
del Ello,
como si fuera un sueño
o un hasta luego,
no tiene cuerpo
y tampoco espectro.

Es solo un flujo
que se ha disuelto
a través del espejo
que tiene mil caras
como un poliedro.

Reflejo de lo posible
y por empero
de lo eterno.”

Y así Jeremías
quedó mirando a Odalía
en toda su extensión
y todo su enigma,
era una policromía
tan bella como la vida.

Gracias a Spirit111 por su foto

Yo te miro y te miro

Yo te miro y te miro

Yo te miro y te miro
y te busco en el infinito,
en el aroma de los lirios
y en los latidos antidepresivos.

¿Por qué te perdiste;
por qué no pude encontrar tu brillo?

Yo miro y te miro
desde lejos
con los brazos en vilo,
para encontrar tu corazón trino
más allá de los prejuicios.

Pues una vez vi dos pececillos
en un líquido salino;
eran como dos niños
que jugaban al aquí te pillo,
y se vieron de lleno
por unos instantes
que fueron dos pellizcos. 

Y me preguntaste
¿Qué te pasa pececillo?

“Te he esperado tres siglos
y solo en parte has venido;
no muestras tu brillo
solo un parpadeo tibio,
pero quería verte
más allá de las capas
y de las escamas,
de todas las conjeturas
de esta agua salada.

En ese líquido tan tuyo
porque es exquisito,
arrebatador y transitivo.”

Y vi un mar de Coral
que nunca se iba a apagar
lleno de pigmentos
en mitad del nacimiento,
con una luz colosal
cerca de la pleamar.

Y allí me miraste
justo en ese instante,
como una ola bramante
dispuesta a abrazarme.

Y me susurraste…:

«Estoy parada
cerca de la mar salada,
veo luces en espirales
detrás de los fríos invernales, 
no se cómo romper el hielo
que congela lo que quiero.

Me he quedado helada
ante mi propia estampa.
Pero a ti te veo desde lejos 
porque me haces de espejo.»

Y el tiempo se detuvo
en cada segundo
y en ninguno;
vimos nuestras sombras
y otras zozobras;
y allí nos quedamos
mientras pasaban las horas.

La luz buscaba indicios
que hablaban de nosotros mismos.

Por eso ahora te miro y te miro
en estas horas de concilio
para decirte:
te quiero pececillo.

Gracias a Bessi por la foto

Ajedrez

Ajedrez

Y me comieron un peón
que me generó desazón,
cuando quería hacer mella
en la enemiga fortaleza.

Había perdido un cabezón
que en medio del estertor
gritaba en su recuadro bicolor:

“Yo no quería esta distinción
de tan ambiguo color;
quería ser amigo de los caballos
y de todos los establos.
De los diagonales alfiles
con todos sus deslices;
y del rey y la reina;
más allá de sus estratagemas.

Pero aquí me hallo,
en medio del asalto
del último cuadrado.

Realmente no había batalla
ni gambito de dama,
una gran contienda
repleta de extrañezas.

Es todo un juego
donde gana el ego.
No hay blanco o negro
si es todo un sueño,
ni tampoco enroque
pues es cuestión de enfoque.
Ahora no estoy muriendo,
¿Cómo podría si
no tengo cuerpo?

Y volví al tablero
que era multicolor,
no había torre
ni peón,
solo diversión,
en un gran juego
que me hacía
de espejo.

Gracias a Rodrigo Perez por la foto

La cebolla desnuda

La cebolla desnuda

Y vi una cebolla
a través de la ventana
justo cuando se quitaba
la última capa.

El día se estremecía
como un enigma
mientras ella se movía
a través de la persiana.

Solo llevaba unos calcetines
de suave lana
mientras asomaba en la cara
una luminosa sonrisa
que recordaba a las divisas.

Y se tumbó en la cama
y musitó a las musarañas
miles de palabras,
como una nana
un poco rara
que hacía un ovillo
de color plata.

“Ya no me quedan capas.
Estoy cerca del alma,
donde se desvelan los misterios
y todos los entuertos.
Veo una especie de figura
en medio de la bruma.
Es un ser difuso
tras un ángulo obtuso.
De allí nace la calma.
Un sin fin de posibilidades
en tres mil eternidades.
Pero también veo un espectro
que tiene color esqueleto.
Viene desfigurado hacia mí
como si esto fuera un entierro.

¿Qué hiciste criatura
para romper el espejo?
¿Cómo te perdiste
en el bosquejo de lo incierto?»

“No sé que pasó.
Me zambullí en el ego
y todo se volvió negro”

“Pero sabes que no existe,
que es solo un cuento
tan grueso como el cemento.
No hay espectro,
no hay más lo siento;
solo hay este momento.
Perdona la herida
que está cautiva
y que con una sonrisa
pronto cicatriza.”

Y el espectro quedó mudo
y le brotó musgo
en un lugar profundo.

Y la cebolla desnuda
siguió con sus travesuras
y moviendo su hermosura.
No había más capas
ni leyendas opacas.
Solo una gran abertura
que lleva al reino
que despeja todas las dudas.

Y se metió en la cama
para abrazar su alma
que iluminaba ahora
toda la ventana.

Gracias a K8 por la foto

La carrera del erizo y la rana

La carrera del erizo y la rana

Un erizo y una rana
subían por una montaña,
en una especie de competición
para ver quién era el mejor.

El erizo se llamaba Rogelio
y contaba la vida en sexenios,
la rana se llamaba Aurelia
y tenía robustas las piernas.

Al principio de la carrera
se habían sacado la lengua,
no podía haber tregua,
ni otra cara de la moneda
porque solo uno de los dos
cruzaría primero la meta.

Habían competido en lagos,
montes y desfiladeros
pero ya no querían enredos,
se apostaban el mundo entero.

Rogelio jadeaba en su pendiente
mientras enseñaba los dientes
y Aurelia escupía en el camino
espoleada por los anfibios.
Pero los dos iban muy parejos,
ambos se hacían de espejo.

Y en esto habló la montaña
de nombre Maximiliana,
toda una señora empedrada
de maneras alsacianas.

“No hay competición,
ni tampoco ganador
solo una gran carrera
que puede ganar cualquiera.

No os perdáis en la disputa,
ni en toda esta locura,
dad zancadas con bravura
y saltos de altura.

Pues ya no habrá duda,
ni tampoco calumnia,
solo velocidad
en máxima punta.”

Y Rogelio perdió sus pinchos,
Aurelia su humor esquivo
y los dos se juntaron en la meta
para irse en motocicleta;
y así se hicieron muchas parejas
tras finalizar la carrera.

Erizo y rana en la carrera

Gracias a Oldiefan y a Alexa_fotos por las fotos

El bazar a lo lejos

El bazar a lo lejos

Y vi un bazar a lo lejos
en medio de un páramo
metido entre riscos
y entre hojas de cáñamo.
Y allí vivían unos seres extraños
que no tenía párpados
y veían la realidad en cuatro lados,
junto todo el mundo y sus vástagos
en archipiélagos concentrados
tan diminutos como un átomo.

E hicieron una poción
de color cobalto
con un sabor terroso
y caliente como un caldo.

Era el momento del fuego
del péndulo dorado
donde todas las sombras
se mostrarían por un rato;
para recordar al tártaro
o el infortunio inadecuado
con un mesías negruzco
que parecía chamuscado.

Pero no era tal,
solo una duda mísera
que se había petrificado,
dentro de un espejo
donde habitaba el villano
cerca de un espacio cóncavo
en la fauces de un hexágono;
un espacio multicolor
a punto de ser catapultado.

Solo había que dar un paso:

Y volé hacia el mercado,
hacia el bazar de los astros
donde estaban los dioses
y los seres sin párpados.
Todos allí aglomerados
haciendo predicciones
sobre rocas de alabastro;
desprendiendo especias
de un color jaspeado,
un aroma mágico
que recordaba al primer árbol.

Y allí lo vi plantado
robusto como antaño
sin nada separado.
Un magnífico Sálamo
que se manifestó un sábado
en una fiesta concéntrica
donde bailaban los humanos.

Gracias a Laurentiu Morariu por la foto

El araño

El araño

Y soñé con un arácnido
que tenía ocho brazos
unas alas en las espalda
y patas en vez de manos.

Y se quedaba suspendido
en el aire con cara de despistado,
revoloteando emancipado
con el tiempo prorrogado.

Buscaba el torrente dorado
que se veía en la tierra
cada quinientos años.
Cuando todo estaba en cambio,
cuando los sueños se ponían
de color anaranjado.
Como un abejaruco
fuerte y potentado
que concede deseos
al que pasa por su lado.

Y me mostró un espejo
que era cóncavo y abombado
donde los cristales se fundían
en un multicolor vaso;
con un líquido edulcorado
intenso y abigarrado
que contenía un ámbar
que reflejaba lo anhelado.

Y por fin me habló el araño:

“Tiempo has tardado en venir,
mi querido paisano
¿A qué tenías tanto miedo,
a desplegar todo tu halo
y quedar de pronto calcinado?
¿A desplegar todo tus dones
en este instante pausado?
¿O a volar encima de los montes
como hacíamos antaño,
cuando mares de colores
bañaban todos los astros,
y los hados susurraban
un preludio emancipado?

No temas querido paisano,
todo es posible antes de mayo.
¿No ves cómo se proyecta
todo tu campo?
Eres energía pura
y potencia al cuadrado.
Es la suma de posibilidades
que ya se están dando.
Es el fruto del naranjo
que cae antes del verano
y derrite el espejo
en miles de actos.”

… Y todo bailó en naranja…

Gracias a @vidarnm por la foto

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