El lagarto Salmo
Y me encontré
con un lagarto
llamado Salmo
que jugaba
con el destino
de todos sus hijos.
Era un poco sibilino
e incluso ladino,
pues se quedaba frío
antes todos sus hechizos.
Pero se le acercó
una libélula,
llamada Manuela,
que le habló de las venas
y de soltar la melena,
de que la vida
puede ser plena
cuando estás en escena.
Y le gritó: vuela y vuela.
Y el lagarto que
era un poco reaccionario
se quedó pensando.
¿De qué me sirve
tan gélido escenario,
si me paso la vida
tiritando?
Y sacó la lengua
y rompió las cadenas,
y le nacieron alas
y también antenas.
Y voló y voló
por la naturaleza
con su canción
lagartera,
que ahora era
una promesa
para todo el
que quisiera.
“Vuela y vuela
mientras puedas,
la vida es pasajera
y una centella;
pero hay algo
que calienta;
más allá de la tierra
y de todas las estrellas.”
Gracias a 12019 images por la foto