Las golondrinas del cielo
Y entré en una realidad superlativa
llena de golondrinas,
tenían facciones de peces
y alas como Hermes,
y cambiaban de aspecto
hasta dejarte sin aliento.
Y formaron un corro
que desafió el viento,
serían cientos y cientos,
todas en movimiento
cambiando en el cielo
mientras componían un arabesco,
una pirámide de colores
donde no había ocres,
solo un rayo luminoso
que era jactancioso
y compuesto por mil soles.
Y en el cielo se hizo un agujero
que me llevo lejos
hacia un universo pleno,
aún se estaba creando,
pues veía moldes y decorados,
con otros bocetos del arquitecto,
y apareció una escalinata,
que me acercó hasta una cara,
era toda dorada
y fina como un mantra.
“Soy el creador de todo esto,
que no es un pliego,
sino un diseño,
está volando sobre la brisa,
pues ahora no tiene prisa,
y no tiene cemento
ni nada férreo,
pero hay una promesa
que pronto será devuelta.
No pelees con la vida
y de una vez confía,
no pienses en desdichas
ni en que todo se hará trizas,
deja que te acaricie la brisa
pues está hecha de golondrinas,
todas juntas bajo un prisma,
bajo una caricia prístina;
en realidad todas son la misma.»
Y abracé la vida,
pues ya no había cisma
quería a todas las criaturas,
a todas y cada una,
como a las mismas golondrinas,
todas allí juntitas
volando encima de la brisa.
Gracias a Julian por la foto