El pájaro Pino
El pájaro Pino
una vez me dijo,
ten cuidado con los lirios
porque todos son míos.
Maldito pajarito,
maldito estornino,
siempre con tu detrito
y con tu pio pío.
Y cuando no te miro
o no te sigo,
siempre gritas
mío, mío, mío.
¿Por qué son tuyos los lirios?
“Porque yo los he visto,
porque los he tocado con el pico,
por eso me anticipo,
porque eres un primo.
Esto es hecho privativo
de propietario pajarito.
Así fue desde el principio,
así ha sido, querido,
todos estos lirios
son solo míos.”
¿Pero por qué pajarito?
¿Por qué eres tan posesivo?
“Tal son los designios
de los poderes advenedizos,
todo lo mío es mío
todo lo tuyo también es mío.
¿No ves que tiene todo el sentido?
Es un contrato a plazo fijo,
una baliza sin variación de tipos;
todo lo mío es mío,
tanto lo tuyo como lo mío.
Espera que me hago un lío
ante tanto raciocinio,
pero no hay hecho figurativo
ni nada sustraído,
todos los lirios son míos.”
Lo que tu digas pajarito,
eres un engreído,
crees que la vida es un pellizco
que no admite donativo.
Sigue con tu pío, mío,
y tú pensar acumulativo;
pero ten en cuenta
que en medio del espejismo,
justo en medio del silbido,
no hay nada dividido,
tan siquiera hay lirios.
Son solo sombras
de un antiguo brillo.
“Me da igual lo que digas,
¡maldito cretino!
porque yo ahora lo digo
y con mis plumas lo firmo,
todos los lirios son míos,
míos y solo míos.”
Y allí quedó el pájaro Pino
pegando chillidos
encima de un arbolito,
solo, consigo,
mientras se ponían
mustios los lirios.

Gracias a apnear40 por la foto