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Los Amantes

Los Amantes

Y vi una pareja de amantes
sentados en un estanque,
estaban desnudos
centrados en lo suyo,
eran a la vez dos
y también uno.

Y ella cogió una caracola
para decir hola
y el un erizo
porque no encontró
otro bicho.

Pero estaban inquietos
¿Todavía brillaba el hechizo
o se había hecho añicos?

“Estamos en el estanque
para recuperar los sueños de antes
pero la corriente es fuerte
y tira hacia poniente”

“Nada ha sido en vano
ni un impulso malsano,
solo que a veces los caminos
continúan separados”

Y se miraron conmocionados
el estanque les recordaba los pares,
la multiplicidad se repetía
miraran donde mirasen.

Y los dos se preguntaron:
¿Por qué juegas al escondite
y no te vistes?

Las manos se separaban
mientras se rozaban las palmas,
ellos se miraban el alma
a través del reflejo del agua.
Ya no se vía camino
pese al mucho ahínco.
Quizás había acabado el ciclo
y todo lo que tenía que ocurrir
ya había ocurrido.

“Hasta luego Caracola”
“Hasta luego Bicho”

Y se fueron alejando,
paso a paso
cada uno por su lado
mientras en el estanque
quedaron desnudos sus trajes.

Gracias a dariuswsmailey por la foto

La morsa Helena

La morsa Helena

Y veo una morsa
llamada Helena
que es un poco lenta.
¿Quizás la vida le pesa?
¿O simplemente le es ajena?

Pero sabe de letras,
incluso escribe poemas
sobre olvidados ascetas
que juegan con las estrellas
y se bañan en un mar turquesa.

Y cuando se sienta cansada
y le duelen las piernas,
se echa a un lado
para dormir la siesta.

Y sueña con una quimera
llamada Electra
que le habla de la vida
y de la conciencia
que está en cada célula.

“El universo es justo
porque es uno;
está en todos los lugares
y en ninguno.

Hay un microcosmos
en cada grano
de cada humano
y en todos los átomos.

Así que dame la mano
y emprende el nado
a ese mundo subacuático
que crees olvidado.

En esa realidad
encontrarás significado
y veras a los hados
que están por todos lados.

Y debatirás con los peces
incluso con los tiburones
que aún con malos humores
conocen ya los colores.

Y descenderás tan profundo
que serás una
con todo el mundo.

Un único universo
que no es ajeno
sino eterno.

Un único momento
tan quieto y silencioso
como el trueno.”

Gracias a NOAA por la foto

La larva Matilda

La larva Matilda

La larva Matilda
nació de una gran sonrisa
y cerca de una misa;
siempre con tanto carisma
y con mucha prisa.

Hasta que un día
se encontró con un polilla
llamada Artemisa,
que le dijo que
solo entendería el mundo
tras salir de su capullo.

Y ella le preguntó,
no sin cierto orgullo,
¿Dónde está el truco?

“Tras la envoltura de lo absoluto,
que te acerca a lo tuyo,
hacia tu propio curso
y a lo que no es insulso”

Y cerró los ojos
y así lo dispuso,
se rodeó de humo
y de ramas de musgo;
palpitó en lo curvo
y en lo que es uno,
envuelta entre susurros
durante un par de lustros.

Y cuando volvió a nacer,
cuando ya no se contuvo,
no era un gusano diminuto,
sino una mariposa
que volaba sobre la prosa
y sobre los cielos,
sobre todo un enjambre
hecho con los dedos.

Y acarició los abetos
y todos los pétalos,
pues era un verso suelto
que entendía los cimientos.
Y cantó un minueto
y se bautizó como Marisa
por sus alas exquisitas.

Muchas gracias a Alfred Schrock por la foto

El Alfa y el Omega

El Alfa y el Omega

El Alfa y el Omega
al parecer eran dos letras
como dos islas griegas,
ya bastante añejas,
que entraban en guerra
cuando discutían entre ellas.

“¿Por qué todo lo comentas?
¡Anda, Alfa esa sí que es buena!
¿Pero qué dices, Omega?,
protestaban en respuesta.»

Hasta que un día leyeron
un proverbio en una galleta:
«Si conoce lo que suena
y apenas parpadea
algo debe saber
de lo que alardea.»

Y una tarde se fueron de juerga
y perdieron algunos trazos
por darle mucho al vaso,
y por fin se hicieron caso
y se hablaron como en años.

“Yo te quiero, Omega
pues eres tan bella,
pero tienes que
liberarte de tu pena,
esa que te atenaza
desde que eres enana.»

«Y yo te quiero a ti, Alfa
desde antes del alba
y de que tuviéramos casa.
Tienes que librarte de tus miedos
y de todos tus tropiezos.
Ya no hay culpa,
ya no hay penuria;
solo un sol abierto
en mitad del cielo.

Y se dieron la mano
como dos renacuajos
y miraron al infinito
con ojos de corpiño
y allí vieron el inicio
sin ningún resquicio.

No había realidad envuelta,
ni ninguna cubierta,
solo un ser puro
repleto de bromuro.

Y le miraron los dos
con óvalos de bismuto
y se hicieron uno
dentro del conjuro.

Y estaba todo lo creado
y todo lo pensado,
realidades a pares
que bailaban en los mares.
Una energía traslúcida
que del todo era única.

Gracias a usuario 7854 por la foto

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