Tierra
Se abre una puerta
llena de vetas,
que me dice:
es por allí
la dirección correcta;
no es secreta,
tan siquiera incierta,
solo es desconocida
por mi cabeza.
¿Cómo puede ser tan
certera la materia?
¿Son así los designios
de la piedra?
«No hay más cueva
que en la mente penetra,
pues siempre has sido
enemigo de lo que pesa,
eres como la estela
de un cometa
que entre golondrinas
revolotea,
pero si hablamos
de lo que vertebra,
y lo que sustenta,
¿Dónde están las mesas,
muros o alacenas?
¿Quieres ver tu alma completa
y toda tu entidad terrena?
Pues tócala con las palmas
y ya no la rechaces,
haz con ella las paces,
como fue antes,
antes del cáncer
o antes del desastre.
No estés al margen,
y se alguien,
alguien que se vea,
alguien que conecta;
una voz de poeta,
un oleaje en la marea,
un cromático pasaje;
pues este es el desenlace
cuando aceptas el pesaje.
Canta ya a capela,
suelta las riendas
muestra tu flema
que ya reverbera…
Es como una montaña
que se levantó
una mañana
para escuchar a las hadas.
Le hablaron de magia,
de piedras muy altas
y decidió mover sus pies
del fondo de la falda
para entonar una cantante,
a modo de asechanza,
a modo de piedragrama,
una oda de paladas
en sintonía baja
para animar a las almas
y llenar las panzas.
Un obelisco y una maraña
que sonaba a balada,
la gravedad de la manzana,
mordiscos en la tonada,
el susurro de la grava,
y el tumulto de la maza
que hacía bailar la hojarasca,
allí en medio, en lontananza.
Y danzó la montaña
con sus hermanas
el resto de la mañana
entre polvos de hadas,
todo una risotada
de la vida colocada.
No hay cielo y tierra,
ni dentro ni fuera,
solo diferencias
que crea nuestra testa.
No luches con la materia;
Acepta, esa masa
parturienta
que ya procrea,
si la dejas.
Acepta la tierra,
es una masa parturienta
que ya procrea,
si la dejas»

Gracias a 370eis por la foto