El planeta Mariano
Y vi un planeta lejano
que vivía como un relámpago,
se llamaba Mariano
y saltaba al increpar a los astros:
“¡Canastos!
Son todos tan altos
y tan relumbrados;
y yo aquí pequeño
y apartado
en una molécula
que no es de mi agrado.”
Y le habló Pratos,
una fuente de energía
del octavo meridiano:
“No eres pequeño,
ni estás en el ocaso;
no hay que llevar cuidado
ni vivir enajenado
por lo que no ha ocurrido
y ni siquiera ha pasado.
Te excedes, Mariano,
vives la vida
dos segundos adelantado,
entre el suspiro
y lo respirado.
Olvidas el castillo dorado
que nace del presente
y de lo que es dado,
¿no ves cómo emerge
al estar confiado?”
Y Mariano se propagó
a un puñado de átomos
y construyeron una constelación
que se veía en todo el plano.
Era de color azul
incluso anaranjado
y todos estaban relucientes
en ese espacio relajado.
Gracias a Daniel Olah por la foto