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Etiqueta: camino

Camino. Poemas que hablan sobre el recorrido, sobre la travesía que todos andamos, buscando sentido, deteniéndonos y mirando hacia todos los lados. Primero un paso y luego otro.

El pájaro libre

El pájaro libre

Y me levanté en una rama
en medio de un arce
con todo el plumaje
de un pájaro salvaje.

Quería saltar al cielo
pero algo me retenía,
quizás era el miedo
a desplegar el vuelo,
al aleteo inquieto
y mirar todo desde lejos.

Y me encontré
con una golondrina
con alma de adivina,
plumas de varilla
y un pico que parecía
una larga cuchilla.

“Para qué te sirven las alas
si no sales de las ramas;
en el fondo son como palmas,
puedes azuzarlas y zarandearlas,
verás como no hay trabas,
solo el cielo abierto
que te espera a mil metros.»

Y salté al vacío
que contenía mi destino
mientras movía las alas
y graznaba con el pico.

El cielo se detuvo
y por fin vi los hilos
que envolvían mundos
tanto grandes como diminutos.

Era un manto fino
que me abrazaba con sigilo.
El ser del brillo
que me cantaba al oído
sonatas de lo perdido:

“No hay más periplo
que abrazar tu sino.
Es el único vuelo
y el único camino;
da igual seas padre
o seas hijo.»

Y seguí volando y volando
hacia el único sitio
hecho de cristales
y de piedras de mi destino.

Gracias a vasile_pralea por la foto

La carrera del erizo y la rana

La carrera del erizo y la rana

Un erizo y una rana
subían por una montaña,
en una especie de competición
para ver quién era el mejor.

El erizo se llamaba Rogelio
y contaba la vida en sexenios,
la rana se llamaba Aurelia
y tenía robustas las piernas.

Al principio de la carrera
se habían sacado la lengua,
no podía haber tregua,
ni otra cara de la moneda
porque solo uno de los dos
cruzaría primero la meta.

Habían competido en lagos,
montes y desfiladeros
pero ya no querían enredos,
se apostaban el mundo entero.

Rogelio jadeaba en su pendiente
mientras enseñaba los dientes
y Aurelia escupía en el camino
espoleada por los anfibios.
Pero los dos iban muy parejos,
ambos se hacían de espejo.

Y en esto habló la montaña
de nombre Maximiliana,
toda una señora empedrada
de maneras alsacianas.

“No hay competición,
ni tampoco ganador
solo una gran carrera
que puede ganar cualquiera.

No os perdáis en la disputa,
ni en toda esta locura,
dad zancadas con bravura
y saltos de altura.

Pues ya no habrá duda,
ni tampoco calumnia,
solo velocidad
en máxima punta.”

Y Rogelio perdió sus pinchos,
Aurelia su humor esquivo
y los dos se juntaron en la meta
para irse en motocicleta;
y así se hicieron muchas parejas
tras finalizar la carrera.

Erizo y rana en la carrera

Gracias a Oldiefan y a Alexa_fotos por las fotos

El río dorado

El río dorado

Y salté al vacío
tras muchos siglos
donde todo estaba oculto
y un poco ennegrecido.

Y aterricé en un río
de color amarillo,
dorado y exuberante
como al principio.
Y empezó a fluir hacia
lo desconocido,
hacia lo jactancioso y elevado
incluso hacia vespertino.
Y todo brillaba,
todo allí era muy vivo
de aguas trasparentes
que Iluminaban como el vino,
con tesoros flotantes
en medio del camino.

Y al fondo vi un castillo
macizo y elevado,
en un meandro del río.
Parpadeaba en vilo,
todo alargado
y todo escondido,
rompiendo los colores
en miles de trocitos.

Y me acerqué con sigilo
como si fuera un chiquillo
a escuchar todos los sonidos
que pervivían en el olvido.
Y justo en ese momento
una sombra de color olivo,
briosa y extendida,
me susurró al oído:

“Por fin te has atrevido
a saltar al vacío;
llevas tanto escondido
que has olvidado el camino,
pero este río te empujará
hasta el centro de tu destino,
donde fluyen las letras
y todos los escritos.

El miedo es una mampara
que nubla el juicio,
te aísla de los demás
incluso de ti mismo.
No hay nada que temer,
no hay resquicio clandestino
todas las sombras se evaporan
al nadar en el río.

¿No ves que es exuberante,
espumoso y vitalicio?
Es la corriente que te une
hacia al castillo,
donde están todos los sonidos,
todos los fonemas
del libre albedrío.
Una mano esponjosa
que llena el apetito.

No temas querido amigo,
nada como siempre
y tanto has querido,
con los brazos hacia delante
y con espíritu atrevido.

… Ella ya está en el río
con los brazos abiertos
y su sonrisa de membrillo
esperando en la aguas
en medio del camino…»

Gracias a Larisa-K por la foto.

El narciso

El narciso

Y vi en el horizonte un narciso
solo y desabastecido
y fui a llevarlo a un bosque
que me era muy querido,
cerca de un alcornoque
que tenía tres o cuatro nidos
y se sentía como un roble
allí en medio del camino.

Y graznaba como un estornino
al mundo de los hombres
en mitad del campo vespertino,
pues tenían que soltar su voces
y escapar por fin de su delirio.

Y nada más verme me dijo:
“Ya no hay ningún escondrijo,
finalizado está este periplo,
extiende tus brazos enjutos
y mira los suculentos racimos.
Ya están dando sus frutos,
ya viene todos juntos,
ya están todos unidos,
como un torrente colorido
y como una tarde en el circo.

No olvides lo que has sido
y sal de ese campo de espinos
que no te hacen bien sino esquivo.
Y mira ya el río de tus letras
que rompe todas las grietas
y abre la realidad entera.
Ellas te tratarán con mimo
pues viene cargadas de trigo
y de color verde pino.
Ellas serán tu emblema
y caminarán por la tierra,
darán de beber a los hijos
y a todos los niños.
Y de nuevo abrazarás el árbol
que tanto has querido.”

Y el poeta salió del cobertizo
para por fin andar el camino
y camino con los estorninos
hacia su más verde destino,
mirando al alcornoque
y a todos sus nidos.
Y recogió de nuevo su narciso
que era bello y lucido
para ser él mismo,
como siempre había sido.

Gracias a Aaron Burden por la foro

El gigante

El gigante

Y se levantó el gigante
en medio de la tierra
con una maza y una piedra
y era imposible calmarle
al observar tanto disparate.
Así que empezó a andar por las calles
con un gesto feo y voz grave
para gritar a todos los maleantes:
“Sois como los de antes
de folclore y mucho parche
pero si queréis arreglar esto
no hay otra manera
que ir a ver al venerable.”

“Ese ya no existe;
se despistó hace muchos lances
cuando la gente miraba al cielo
y entraba en trance.
Veían constelaciones
y estrellas combándose
que guardaban secretos
y un mágico desenlace.”

“Pero ahora solo veo dinero
un torrente infame
de falsos compadres
donde nadie es nadie.”

“Todo lo que tenía que decir
el gran venerable
ya lo dijo mucho antes,
cuando había cuentos
y también disfraces
y no tanta tontería
y tanto dislate.

¿Por qué va a escucharnos?
¿Por qué diantres?
Si somos como un enjambre
o unos muertos de hambre
que solo miramos al cielo
antes de que alguien la palme.
¿Por qué ahora la muerte?
¿Para qué este viaje?
¿Para qué tanto buscar
si están ocultos los diamantes?”

¡Callad ya! gritó el gigante
y torció aún más su semblante
hasta que la boca se le hizo larga
y se le quedó tirante.

«Mirad la pirámide y el valle
donde están las escalinatas
y donde están las espirales,
donde están las bocanadas
que se llenan de aire,
donde están los hechiceros
que antes fueron personajes,
donde están las sílabas
que se enredan en las vocales.

No hay forma y no hay mensaje.
Es un sinfín de variedades;
un conjunto de la mente
del que todos somos parte.
Desde los más pequeños
a los más grandes,
para dar forma al mundo
y a todo este escaparate.
Alarga tu mano
y siente lo palpable
¿No ves que está hueco
y no hay subjetividades?

Hazte a un lado
y deja de golpearte,
y recuerda los días
que eran obras de arte,
hace ya lustros,
hace ya ni sabe,
cuando corrían por la tierra
miles y miles de gigantes.»

Emociones de Cuarentena I (Hace una semana)

Gracias a LoggaWiggler por la foto

El laberinto y la anciana blanca

El laberinto y la anciana blanca

Y vi un laberinto
en la puerta de una estaca,
un camino complicado
que parecía una encrucijada.

Y allí había elfos, magos
incluso estaba Morgana;
todos en fila india
para ir a ver a la anciana.
La que tenía los secretos,
la que te tocaba el alma,
la que hablaba de regalos
más allá del alba.

Y así me puse en marcha,
justo detrás de unas cucarachas
por la calle de en medio
donde llovían las pedradas;
pues unos mosquitos
discutían con unas larvas.

Y replicaban: lo ha dicho ella,
lo ha dicho la mujer blanca.
Ella sabe lo que cuenta,
ella sabe lo que habla.

Y yo me escurrí
en medio de aquella batalla,
al ver un batir de alas
cerca de las montañas,
cerca de acantilados
donde estaban las hadas
y otras criaturas mágicas
que desprendían ese brillo
tan cerca de la madrugada.

Y subí por una escalinata
que estaba cubierta de relojes
y de promesas del mañana.
Y allí había un colibrí
que tenía puntos en la cara,
todos de color rojo
que se mezclaban con sus pestañas.
Y me susurró un acertijo
sobre el todo y la nada
y me quedé allí perplejo
mirando las musarañas.

¡Que criatura más extraña
que vuela y se escapa,
vestida de terciopelo
como si fuera una balada!

Y llegué hasta la cornisa
donde estaba la anciana,
una especie de mausoleo
repleto de alabanzas.

Y me miró entre las parras
y me sonrió desdentada:
¿Por qué tienes tanto miedo?
¿Es quizás por la idea del Karma?
¿Es por todo ese peso
que tienes en el diafragma?
¿No te das cuenta que son recuerdos
y proyecciones falsas?
El mundo es un reflejo
que tiene muchas caras
cambia cuando lo miras,
cambia cuando lo palpas.
Así que ahora imagina
la siguiente parada,
esa donde están los gnomos
los grillos y las xianas
Así que pon un pie
del que nazca otra pisada
y anda el camino
que nace de tus entrañas…

Gracias a susi977 por la foto… Infinitud…

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