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Etiqueta: destino

Grito entre grillos

Grito entre grillos

Y grito entre los grillos
que son presa del olvido
y canto un estribillo
con aroma de membrillo
que adormece los sentidos.

Y veo a una especie
de templo fenicio
que da asilo
a los perdidos.

¡Y grito y grito!,
desde lo espino
y desde el delirio:
¿Dónde están los ritmos
y los cantos mestizos?
¿Dónde está el camino
lleno de peregrinos?

Y oigo una voz
que sale de un estridente sonido
y que emerge con brillo:

“Para la mente
porque siempre miente.
Es un tambor
que no tiene autor,
no tiene conciencia
ni tampoco paciencia,
vive en la urgencia
de la permanencia.”

¿Y si no hubiera vida
y no hubiera mentira?

«Verías la belleza
en cada esquina.
No habría arritmia,
ni tampoco angina
ni exceso de penicilina.

Una gran piedra magenta
que siempre parpadea
porque cambia
con la inocencia
y nunca se desvela.

No hay naturaleza muerta
solo realidad entera.”

Y suspiré como un chiquillo
pues volvía a oír los sonidos
que son como silbidos
y transcienden a los grillos.

Aquellos que se cuentan por siglos;
una especie de contrapunto
que emerge con brío
desde el primer estallido.

Y de esta manera
abracé mi destino.

Gracias a Traphitho por la foto

El lagarto Salmo

El lagarto Salmo

Y me encontré
con un lagarto
llamado Salmo
que jugaba
con el destino
de todos sus hijos.

Era un poco sibilino
e incluso ladino,
pues se quedaba frío
antes todos sus hechizos.

Pero se le acercó
una libélula,
llamada Manuela,
que le habló de las venas
y de soltar la melena,
de que la vida
puede ser plena
cuando estás en escena.
Y le gritó: vuela y vuela.

Y el lagarto que
era un poco reaccionario
se quedó pensando.
¿De qué me sirve
tan gélido escenario,
si me paso la vida
tiritando?

Y sacó la lengua
y rompió las cadenas,
y le nacieron alas
y también antenas.

Y voló y voló
por la naturaleza
con su canción
lagartera,
que ahora era
una promesa
para todo el
que quisiera.

“Vuela y vuela
mientras puedas,
la vida es pasajera
y una centella;
pero hay algo
que calienta;
más allá de la tierra
y de todas las estrellas.”

Gracias a 12019 images por la foto

El pájaro libre

El pájaro libre

Y me levanté en una rama
en medio de un arce
con todo el plumaje
de un pájaro salvaje.

Quería saltar al cielo
pero algo me retenía,
quizás era el miedo
a desplegar el vuelo,
al aleteo inquieto
y mirar todo desde lejos.

Y me encontré
con una golondrina
con alma de adivina,
plumas de varilla
y un pico que parecía
una larga cuchilla.

“Para qué te sirven las alas
si no sales de las ramas;
en el fondo son como palmas,
puedes azuzarlas y zarandearlas,
verás como no hay trabas,
solo el cielo abierto
que te espera a mil metros.»

Y salté al vacío
que contenía mi destino
mientras movía las alas
y graznaba con el pico.

El cielo se detuvo
y por fin vi los hilos
que envolvían mundos
tanto grandes como diminutos.

Era un manto fino
que me abrazaba con sigilo.
El ser del brillo
que me cantaba al oído
sonatas de lo perdido:

“No hay más periplo
que abrazar tu sino.
Es el único vuelo
y el único camino;
da igual seas padre
o seas hijo.»

Y seguí volando y volando
hacia el único sitio
hecho de cristales
y de piedras de mi destino.

Gracias a vasile_pralea por la foto

El petardo

El petardo

Un petardo explosivo
se encontró con un mendigo,
de nombre Rodrigo,
y le preguntó un tanto aturdido:

“¿Y si hago explosión?
¿Y si por una vez me derrito?”

“Se te elevarán los sentidos
y perderás los remilgos.
No hay mejor forma
de conocer el infinito.”

“Pero tengo miedo
de quemarme en el destino
y de que no quede testigo
tras el último estallido”

“Eres un petardo,
y no amigo del sigilo.
Eres como el fuego fatuo
pero de bolsillo.

Así que haz estallar tu boom
y esparce el estruendo contigo,
hay mucha verdad
en ese fogoso sonido”

Y se bautizó como Piros
y sintió por fin alivio,
de verdad estaba vivo,
tenía carácter alcalino,
alma de encendedor antiguo.

Nada quemaba,
ni tampoco hacía frío,
solo veía una llama
de color prístino.

Y al fin lo hizo,
prendió su hilo;
y se esparció por el aire
bramando como un pellizco.

Gracias a StockSnap por la foto

El río dorado

El río dorado

Y salté al vacío
tras muchos siglos
donde todo estaba oculto
y un poco ennegrecido.

Y aterricé en un río
de color amarillo,
dorado y exuberante
como al principio.
Y empezó a fluir hacia
lo desconocido,
hacia lo jactancioso y elevado
incluso hacia vespertino.
Y todo brillaba,
todo allí era muy vivo
de aguas trasparentes
que Iluminaban como el vino,
con tesoros flotantes
en medio del camino.

Y al fondo vi un castillo
macizo y elevado,
en un meandro del río.
Parpadeaba en vilo,
todo alargado
y todo escondido,
rompiendo los colores
en miles de trocitos.

Y me acerqué con sigilo
como si fuera un chiquillo
a escuchar todos los sonidos
que pervivían en el olvido.
Y justo en ese momento
una sombra de color olivo,
briosa y extendida,
me susurró al oído:

“Por fin te has atrevido
a saltar al vacío;
llevas tanto escondido
que has olvidado el camino,
pero este río te empujará
hasta el centro de tu destino,
donde fluyen las letras
y todos los escritos.

El miedo es una mampara
que nubla el juicio,
te aísla de los demás
incluso de ti mismo.
No hay nada que temer,
no hay resquicio clandestino
todas las sombras se evaporan
al nadar en el río.

¿No ves que es exuberante,
espumoso y vitalicio?
Es la corriente que te une
hacia al castillo,
donde están todos los sonidos,
todos los fonemas
del libre albedrío.
Una mano esponjosa
que llena el apetito.

No temas querido amigo,
nada como siempre
y tanto has querido,
con los brazos hacia delante
y con espíritu atrevido.

… Ella ya está en el río
con los brazos abiertos
y su sonrisa de membrillo
esperando en la aguas
en medio del camino…»

Gracias a Larisa-K por la foto.

El narciso

El narciso

Y vi en el horizonte un narciso
solo y desabastecido
y fui a llevarlo a un bosque
que me era muy querido,
cerca de un alcornoque
que tenía tres o cuatro nidos
y se sentía como un roble
allí en medio del camino.

Y graznaba como un estornino
al mundo de los hombres
en mitad del campo vespertino,
pues tenían que soltar su voces
y escapar por fin de su delirio.

Y nada más verme me dijo:
“Ya no hay ningún escondrijo,
finalizado está este periplo,
extiende tus brazos enjutos
y mira los suculentos racimos.
Ya están dando sus frutos,
ya viene todos juntos,
ya están todos unidos,
como un torrente colorido
y como una tarde en el circo.

No olvides lo que has sido
y sal de ese campo de espinos
que no te hacen bien sino esquivo.
Y mira ya el río de tus letras
que rompe todas las grietas
y abre la realidad entera.
Ellas te tratarán con mimo
pues viene cargadas de trigo
y de color verde pino.
Ellas serán tu emblema
y caminarán por la tierra,
darán de beber a los hijos
y a todos los niños.
Y de nuevo abrazarás el árbol
que tanto has querido.”

Y el poeta salió del cobertizo
para por fin andar el camino
y camino con los estorninos
hacia su más verde destino,
mirando al alcornoque
y a todos sus nidos.
Y recogió de nuevo su narciso
que era bello y lucido
para ser él mismo,
como siempre había sido.

Gracias a Aaron Burden por la foro

Las puertas del cielo

Las puertas del cielo

Y se abrieron las puertas del cielo,
muchos volaron despavoridos,
habían salido del nido
y miraban hacia el abismo.

Y escuchaban una especie de himno,
una sonata con ritmo antiguo
que les rodeaba por los lados
y los cercaba por el ombligo.

Y muchos pusieron la oreja,
vestíbulo, trompa y estribo
para oír unas notas perdidas
que tenían mucho sentido.

Y decían:

Este es el camino
desde los Dioses y los egipcios
donde formas se contonean
como si fueran jeroglíficos.

Y si tú no encuentras fonema
ni si quiera paliativo,
estará en la alacena
de los objetos perdidos.

Junto al tesoro prohibido
que relumbra como al principio,
junto todos tus talentos
y todos tus designios.

No te muestres esquivo
y acepta tu sino,
da un salto multicolor
hacia los jardines del olvido.

¿No buscas que la vida
tenga algún sentido?
¿Y cómo va tenerlo
si te vistes de mendigo?
Acepta todos tus dones,
los que guardas en el abrigo
bajo todas esas capas
de pensamientos dubitativos.

Abre tus manos
hacia el universo creativo
que es mera posibilidad
y centro del libre albedrío.
Y despliega ese cosmos tuyo
tan interesante y divertido,
ese que provoca la risa
al mayor de los bandidos.
Porque tú lo escribiste
cuando eras solo un niño
con todas esas letras
en un lustroso pergamino.

¿Recuerdas cuando eras poeta
o un escribano egipcio
que viajaba por el mundo,
inmensamente rico?

El mundo es una charca
que nutre hasta el infinito
está llena de piedras preciosas
y está llena de brillo.

Ya sientes las notas de alivio,
notas como te abrazan
con todo ese cariño….

Así que recuerda que…

Los ángeles volverán
de nuevo a su sitio
junto con la bóveda celeste
del último piso.
Y allí de nuevo cantarán
esas sonata de corintio
donde cada una de las almas
abrazará su talento genuino.
No es luego, no es mañana,
es ahora, como siempre ha sido.

Gracias a @nervum por la foto

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