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Colores. Poemas sobre los matices, lo cromático, todo lo que vibra y baila en torno a nuestro ojo. Sobre los pigmentos y lo pictórico.

Vídeo: Poema Sabio

Vídeo: Poema Sabio

Poema sabio… Es el momento de atrevernos a ser quienes somos… de mostrarnos y compartir todos nuestros talentos que están con nosotros… ¿A qué tanto miedo?…

Si quieres leer el poema, pincha en este enlace: poema

Poema sabio

Poema sabio

Entremezclo la mente
y la simiente,
un camino corriente
que definió occidente;
un Dios mundano
que extendió la mano
un día de verano.
Nada es en vano
y ya no hay ocaso.

Estamos de paso,
la vida es un extracto
de sutileza y contacto.

Una fusión de colores
que se escapa a los miopes,
pero esta ceguera
es solo pasajera.
Es como una cuerda
que se arremolina
en las cuencas
para conciliar la espera
hasta abrir la puerta.

Y allí vi el mundo
de los todos colores
donde cohabitaba mi doble.
No había separación
ni ninguna tensión,
solo un universo informe
incesante de olores.
Y ahí estaba yo
ejerciendo mi profesión
del deseo una proyección
que era cósmica revelación.

Todo tiene un sitio
cuando está vivo.
Amalgama de dones infinitos,
tu con los tuyos
y yo con los míos.
Pero hubo un desajuste
que creó muchos túneles,
miedo a perder la conciencia
por un pedazo de materia.
Pero no hay miseria,
la conciencia saldrá ilesa.

Por eso se construyeron iglesias
y se peregrina a la Meca.
Ya no hay que esconderse
en esta trampa perpetua.
Vive la vida plena,
con un grito que llena
y un soplido que resuena.

No hay última cena
ni doctrinas ateas,
solo vida a pleno pulmón
sin ningún caparazón.

Vive lo que eres
y contagia al resto de seres
suscita como Hermes;
no dudes, claro que puedes.

Y luz traspasó
entre tú y yo.
Menos pesada
era la naturaleza
bajo la firma
de tu huella.

Gracias a Deltaworks por la foto

Los erizos de colores

Los erizos de colores

Los erizos de colores
jugaban entre bastidores
y miraban a las marionetas
que tenían largas trenzas,
y eran tan coquetas
que en las manos daban vueltas.

Pero había uno llamado Mauricio
que todo le sacaba de quicio
y como no tenía respuestas
fue a buscar a la Alcahueta.
Era una anciana menuda
repleta de arrugas,
más algunos la tenían por sabia
ya que nada le daba rabia.

Y le miró con esa tez tozuda
y con su ojo de alubia:

“No soy de alta alcurnia
ni conozco la calumnia,
solo vivo en este monte
que perteneció a un conde.

Pero veo todas tus dudas
en toda la espesura
y todos tus miedos
retorcidos como espliegos.
Libérate de tus apegos
y ya grita al cielo
y a todo lo longevo,
pues no hay más cura
que el conocimiento
de todos tus tropiezos.
Este es mi consejo experto.”

Y miró a la anciana
con el ojo prieto,
y ya no era un erizo,
ni lagarto, sino un celentéreo
lleno de colores y amuletos.
Una criatura iridiscente
capaz de subir la pendiente.

Y volvió al teatro
y se subió al escenario
para jugar con las marionetas
que ahora llevaban coleta.
Todo había pasado;
las palabras de la Alcahueta
le habían coloreado la silueta.

Gracias a Liudmyla Denysiuk por la foto.

El río dorado

El río dorado

Y salté al vacío
tras muchos siglos
donde todo estaba oculto
y un poco ennegrecido.

Y aterricé en un río
de color amarillo,
dorado y exuberante
como al principio.
Y empezó a fluir hacia
lo desconocido,
hacia lo jactancioso y elevado
incluso hacia vespertino.
Y todo brillaba,
todo allí era muy vivo
de aguas trasparentes
que Iluminaban como el vino,
con tesoros flotantes
en medio del camino.

Y al fondo vi un castillo
macizo y elevado,
en un meandro del río.
Parpadeaba en vilo,
todo alargado
y todo escondido,
rompiendo los colores
en miles de trocitos.

Y me acerqué con sigilo
como si fuera un chiquillo
a escuchar todos los sonidos
que pervivían en el olvido.
Y justo en ese momento
una sombra de color olivo,
briosa y extendida,
me susurró al oído:

“Por fin te has atrevido
a saltar al vacío;
llevas tanto escondido
que has olvidado el camino,
pero este río te empujará
hasta el centro de tu destino,
donde fluyen las letras
y todos los escritos.

El miedo es una mampara
que nubla el juicio,
te aísla de los demás
incluso de ti mismo.
No hay nada que temer,
no hay resquicio clandestino
todas las sombras se evaporan
al nadar en el río.

¿No ves que es exuberante,
espumoso y vitalicio?
Es la corriente que te une
hacia al castillo,
donde están todos los sonidos,
todos los fonemas
del libre albedrío.
Una mano esponjosa
que llena el apetito.

No temas querido amigo,
nada como siempre
y tanto has querido,
con los brazos hacia delante
y con espíritu atrevido.

… Ella ya está en el río
con los brazos abiertos
y su sonrisa de membrillo
esperando en la aguas
en medio del camino…»

Gracias a Larisa-K por la foto.

El narciso

El narciso

Y vi en el horizonte un narciso
solo y desabastecido
y fui a llevarlo a un bosque
que me era muy querido,
cerca de un alcornoque
que tenía tres o cuatro nidos
y se sentía como un roble
allí en medio del camino.

Y graznaba como un estornino
al mundo de los hombres
en mitad del campo vespertino,
pues tenían que soltar su voces
y escapar por fin de su delirio.

Y nada más verme me dijo:
“Ya no hay ningún escondrijo,
finalizado está este periplo,
extiende tus brazos enjutos
y mira los suculentos racimos.
Ya están dando sus frutos,
ya viene todos juntos,
ya están todos unidos,
como un torrente colorido
y como una tarde en el circo.

No olvides lo que has sido
y sal de ese campo de espinos
que no te hacen bien sino esquivo.
Y mira ya el río de tus letras
que rompe todas las grietas
y abre la realidad entera.
Ellas te tratarán con mimo
pues viene cargadas de trigo
y de color verde pino.
Ellas serán tu emblema
y caminarán por la tierra,
darán de beber a los hijos
y a todos los niños.
Y de nuevo abrazarás el árbol
que tanto has querido.”

Y el poeta salió del cobertizo
para por fin andar el camino
y camino con los estorninos
hacia su más verde destino,
mirando al alcornoque
y a todos sus nidos.
Y recogió de nuevo su narciso
que era bello y lucido
para ser él mismo,
como siempre había sido.

Gracias a Aaron Burden por la foro

El jardín

El jardín

Y me levanté un domingo
y el jardín estaba tibio
como si hiciera frío
y él no hubiera venido.

¿Se habría perdido
por el camino
viendo las amapolas,
los caracoles y los lirios?

¿Por qué hacía tanto frío?
¿Cómo es que hacía
tanto que no habías venido?*
Y corrí un visillo
para ver el mundo
como hace siglos.
Y allí vi un enorme pistilo
que se movía
con mucho brío.
Era muy sabroso
y también productivo
y segregaba un líquido
de colirio amarillo.
Y me lo acerqué a los ojos
y al cristalino
y empecé a ver las sombras
que emanaron al principio
cuando no había formas
y solo estruendo en estallido.

Y me senté ante mis demonios
y mis prejuicios
para preguntarle una duda
que me tenía en vilo.

Y él me respondió
desde el paraíso
que yo no encontraba
y creía perdido:

“Escucha querido amigo,
Yo no soy el enemigo.
Estoy en todos los lados
y en todos los sitios.
Soy la eterna fuente
de lo que no ha nacido.
Respira hondo ahora
y siente tu ombligo;
toda la fuerza que nace
de color amarillo.
¿Realmente puedes notarla?
¿Captas todo el brillo
que deforma el mundo
antes del astigmatismo?
Es un nudo de colores
que inunda tu pelvis y tus latidos;
que pasa por tu garganta
y por el enclave rojizo
que es toma de tierra
y alimento divino.
Y se extiende a tu frente
y por tu sexto sentido
para subir al cielo malva
en un último suspiro.

Y ya estás en el jardín,
ya estás en el paraíso
donde siempre has querido.
Donde están los caracoles
las amapolas y los lirios.
Donde no hace frío
y no hay abrigos;
donde estamos todos
muy muy unidos.
Como hace siglos,
como era al principio.
Un eterno vacío
lleno de posibilidades
por la falta de juicio.
Un eterno lugar
que se abre cuando respiro,
porque no hace calor
ni tampoco frío;
es una nube de colores
que muestra siempre su brillo.

Gracias a Annie Spratt por la foto

*Esta semana ha cambiado
porque ya ha venido
y todo es mucho más amarillo.

El araño

El araño

Y soñé con un arácnido
que tenía ocho brazos
unas alas en las espalda
y patas en vez de manos.

Y se quedaba suspendido
en el aire con cara de despistado,
revoloteando emancipado
con el tiempo prorrogado.

Buscaba el torrente dorado
que se veía en la tierra
cada quinientos años.
Cuando todo estaba en cambio,
cuando los sueños se ponían
de color anaranjado.
Como un abejaruco
fuerte y potentado
que concede deseos
al que pasa por su lado.

Y me mostró un espejo
que era cóncavo y abombado
donde los cristales se fundían
en un multicolor vaso;
con un líquido edulcorado
intenso y abigarrado
que contenía un ámbar
que reflejaba lo anhelado.

Y por fin me habló el araño:

“Tiempo has tardado en venir,
mi querido paisano
¿A qué tenías tanto miedo,
a desplegar todo tu halo
y quedar de pronto calcinado?
¿A desplegar todo tus dones
en este instante pausado?
¿O a volar encima de los montes
como hacíamos antaño,
cuando mares de colores
bañaban todos los astros,
y los hados susurraban
un preludio emancipado?

No temas querido paisano,
todo es posible antes de mayo.
¿No ves cómo se proyecta
todo tu campo?
Eres energía pura
y potencia al cuadrado.
Es la suma de posibilidades
que ya se están dando.
Es el fruto del naranjo
que cae antes del verano
y derrite el espejo
en miles de actos.”

… Y todo bailó en naranja…

Gracias a @vidarnm por la foto

Negro

Negro

Hace años descubrí una caja
que estaba en mi pecho;
debajo de las costillas,
cerca de mi esqueleto.
Pues ya no era carne
ni tampoco verbo,
solo era una masa oscura
llena de agujeros.

Allí habitaba un líquido negro
que había introducido
un pájaro de mal agüero;
hace muchas lunas,
hace mucho tiempo;
tan aceitoso y pesado
que olía a queroseno.
Y prendía rápido
y se propagaba como el fuego
hasta incendiarme el apetito
y dejarme medio muerto.
Sería carne quemada,
churrasco de un almuerzo,
una minúscula partícula
fuera del espectro.

Y yo temía mi sombra
y le acusaba con estruendo:
“eres inflamable y fogosa
y yo contigo no puedo.
Ya verás si te dejo,
ya verás como peco,
ya verás como me ciego
y me quedo casi tuerto.”

Y entonces bajaré a los infiernos…

Donde están las fosas
y todos los entierros,
donde los cadáveres
y los mausoleos.
Donde están las orcas
que solo escupen fuego.
Donde están las aves
y el perro Cerbero;
donde están Hades
y todos los muertos.

Porque te veo,
te veo a través del espejo,
a través de la ponzoña
y de todo el estiércol.
A través de la basura
y a través de lo mugriento;
pero ya no puedo negarte más,
ya no puedo.
No puedo seguir por la vida
arrastrando tanto peso.

Así que te miro y te perdono;
eres mi hermano negro,
parte de mi cuerpo.
Por eso yo te quiero
y por fin hablar te dejo.

Y el me mira
con esos ojos tiernos
y me habla con sosiego:

“Ya ha acabó todo.
Todo aquel juego
de luces y sombras,
de lo malo y bueno.
Abre tu pecho
y perdónate de nuevo
y abre ya ella esa caja
que está cerca de tu pecho;
llena de colores
y llena de afecto,
y recoge ya todos tus dones
y repártelos por el mundo entero.”

Gracias a Hannah Troupe por la foto.

Los colores de la mirada

Los colores de la mirada

No veo con los ojos,
no veo con la mirada,
pues más allá de la sombra
todo es madrugada.
Colores oscuros en movimiento,
que escapan en desbandada.
No hay cimientos,
solo llamaradas
que se pierden en el ocaso
como una cascada.

Y me concentró en las cuencas
y me aprieto la cara
pues hay una película
que tiene color malva,
y no me dejar ver
ni escuchar la calma.
He perdido todos
los tonos de la mañana.

Y tengo una idea vaga,
un sendero que conecta el alma
tras el enredo de las parcas;
donde florecen los nidos
y la realidad no es opaca,
sino tan bella y esbelta
como el agua clara.

Y decido beber un poco
tras mojar mis palmas
y veo un pez alado
que sale de una charca.
Y hace una asana
y mueve sus alas
mientras asegura
que la tierra es plana.

Y mira al horizonte
y la realidad se imanta,
como un péndulo
que precede al alba;
con todos esos colores
macizos como el plasma
que cubrirán las llagas
que escalan por mi espalda.

Y entro en una sala
de una lejana comarca,
donde están todas las aves
y suntuosas damas.
Y ellas escuchan
mientras me cantan
una canción añeja
que tiene cuatro patas.
Y en mis oídos se ancla
como una nana,
con su luz tenue
y sus escasas palabras.

Y al fin escucho
entre chanzas:

Largo es el camino
de esta caminata;
no desesperes por los pasos
ni por las paradas.
Solo anda y anda
que llegarás a un sitio
color grana
y estarás tranquilo
como en casa;
mientras miras los colores
que pueblan la tierra vasta.

Gracias a Alexa_fotos por la foto

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