Vídeo sobre el poema Quemazón, escrito hace unos meses, que incita a atrevernos, a avanzar, a vivir la vida, porque la vida es para vivirla. Calma. Respiración. Aceptación. Valentía.
Si queréis leer el poema completo aquí tenéis el enlace: ir al poema
Quemazón habló a los testigos, muchos eran sus hijos. “He visto a mis enemigos y a veces he perdido, ¿Pero hay diferencia entre enemigo y amigo o es solo como yo percibo?
La vida es un continúo, es hora de pedir perdón y del olvido; de ser uno y mirar en conjunto; de conminar culpas y disolver arrugas.
La vida es solo una aunque hay muchas, goza de la sutileza que te da la belleza. Una percepción de nobleza que aniquila la pereza.
Hay un enorme fulcro principio de lo mucho que se rotula en múltiplos, aunque todos son únicos.
Eso es la materia y sobre todo la vivencia, no principio de inercia sino de inocencia. Porque tú eres y tú puedes.
Miles de acciones en diferentes vocaciones para componer un arabesco que definió un arquitecto.
Eres parte de este juego porque eres entero, y eres eterno. un singular elemento de este quinto sueño. Tú lo compones con todos tus dones, trasciende tu pronombre y fúndete con el orbe. Eres uno y muchos, No hay nada tuyo.
Y Quemazón se disolvió con sus faltas y sus testigos. No había nada ambiguo, no había enemigos.
Estaba vivo junto a sus hijos con un brillo incoativo que vibraba desde el inicio.
Ya he llegado, tras un largo viaje por uno de tus costados, a la tierra de palmeras y animalitos colorados.
Te he echado de menos, madre, por tu sabor saldado y tus dulces manos, y por esa leche de tuétano que es un néctar calmo.
Y yo me ufano, madre en buscar entre la tierra todo lo que es dado, una columna entera de tu sello magro, porque nos alimentas desde antes del parto, éramos seres cósmicos y esbozos nonatos.
Yo te quiero madre, te quiero aquí a mi lado, por eso te he buscado desde que era chico y enano, para pedirte caricias profundas e infinitos abrazos.
Yo te quiero madre, te quiero, soy hijo de tu costado.
Y me encontré con un lagarto llamado Salmo que jugaba con el destino de todos sus hijos.
Era un poco sibilino e incluso ladino, pues se quedaba frío antes todos sus hechizos.
Pero se le acercó una libélula, llamada Manuela, que le habló de las venas y de soltar la melena, de que la vida puede ser plena cuando estás en escena. Y le gritó: vuela y vuela.
Y el lagarto que era un poco reaccionario se quedó pensando. ¿De qué me sirve tan gélido escenario, si me paso la vida tiritando?
Y sacó la lengua y rompió las cadenas, y le nacieron alas y también antenas.
Y voló y voló por la naturaleza con su canción lagartera, que ahora era una promesa para todo el que quisiera.
“Vuela y vuela mientras puedas, la vida es pasajera y una centella; pero hay algo que calienta; más allá de la tierra y de todas las estrellas.”
Y vi en el horizonte un narciso solo y desabastecido y fui a llevarlo a un bosque que me era muy querido, cerca de un alcornoque que tenía tres o cuatro nidos y se sentía como un roble allí en medio del camino.
Y graznaba como un estornino al mundo de los hombres en mitad del campo vespertino, pues tenían que soltar su voces y escapar por fin de su delirio.
Y nada más verme me dijo: “Ya no hay ningún escondrijo, finalizado está este periplo, extiende tus brazos enjutos y mira los suculentos racimos. Ya están dando sus frutos, ya viene todos juntos, ya están todos unidos, como un torrente colorido y como una tarde en el circo.
No olvides lo que has sido y sal de ese campo de espinos que no te hacen bien sino esquivo. Y mira ya el río de tus letras que rompe todas las grietas y abre la realidad entera. Ellas te tratarán con mimo pues viene cargadas de trigo y de color verde pino. Ellas serán tu emblema y caminarán por la tierra, darán de beber a los hijos y a todos los niños. Y de nuevo abrazarás el árbol que tanto has querido.”
Y el poeta salió del cobertizo para por fin andar el camino y camino con los estorninos hacia su más verde destino, mirando al alcornoque y a todos sus nidos. Y recogió de nuevo su narciso que era bello y lucido para ser él mismo, como siempre había sido.
Gracias a Aaron Burden por la foro
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