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Mes: diciembre 2021

Las golondrinas del cielo

Las golondrinas del cielo

Y entré en una realidad superlativa
llena de golondrinas,
tenían facciones de peces
y alas como Hermes,
y cambiaban de aspecto
hasta dejarte sin aliento.

Y formaron un corro
que desafió el viento,
serían cientos y cientos,
todas en movimiento
cambiando en el cielo
mientras componían un arabesco,
una pirámide de colores
donde no había ocres,
solo un rayo luminoso
que era jactancioso
y compuesto por mil soles.

Y en el cielo se hizo un agujero
que me llevo lejos
hacia un universo pleno,
aún se estaba creando,
pues veía moldes y decorados,
con otros bocetos del arquitecto,
y apareció una escalinata,
que me acercó hasta una cara,
era toda dorada
y fina como un mantra.

“Soy el creador de todo esto,
que no es un pliego,
sino un diseño,
está volando sobre la brisa,
pues ahora no tiene prisa,
y no tiene cemento
ni nada férreo,
pero hay una promesa
que pronto será devuelta.

No pelees con la vida
y de una vez confía,
no pienses en desdichas
ni en que todo se hará trizas,
deja que te acaricie la brisa
pues está hecha de golondrinas,
todas juntas bajo un prisma,
bajo una caricia prístina;
en realidad todas son la misma.»

Y abracé la vida,
pues ya no había cisma
quería a todas las criaturas,
a todas y cada una,
como a las mismas golondrinas,
todas allí juntitas
volando encima de la brisa.

Gracias a Julian por la foto

Grito entre grillos

Grito entre grillos

Y grito entre los grillos
que son presa del olvido
y canto un estribillo
con aroma de membrillo
que adormece los sentidos.

Y veo a una especie
de templo fenicio
que da asilo
a los perdidos.

¡Y grito y grito!,
desde lo espino
y desde el delirio:
¿Dónde están los ritmos
y los cantos mestizos?
¿Dónde está el camino
lleno de peregrinos?

Y oigo una voz
que sale de un estridente sonido
y que emerge con brillo:

“Para la mente
porque siempre miente.
Es un tambor
que no tiene autor,
no tiene conciencia
ni tampoco paciencia,
vive en la urgencia
de la permanencia.”

¿Y si no hubiera vida
y no hubiera mentira?

«Verías la belleza
en cada esquina.
No habría arritmia,
ni tampoco angina
ni exceso de penicilina.

Una gran piedra magenta
que siempre parpadea
porque cambia
con la inocencia
y nunca se desvela.

No hay naturaleza muerta
solo realidad entera.”

Y suspiré como un chiquillo
pues volvía a oír los sonidos
que son como silbidos
y transcienden a los grillos.

Aquellos que se cuentan por siglos;
una especie de contrapunto
que emerge con brío
desde el primer estallido.

Y de esta manera
abracé mi destino.

Gracias a Traphitho por la foto

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