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Mes: julio 2019

El gato mágico

El gato mágico

Hay un gato
cerca de la puerta
que no tiene silueta,
que parece una mofeta,
por su olor a croqueta,
por todas sus rabietas.

Y da vueltas y vueltas
por el porche y la moqueta;
y hace una pirueta,
y enseña las muelas,
y salta por la ventana
para hacer que vuela.

Y se lo llevan los vientos
que vienen de Noruega
hacia una gata fiesta
llena de felicinos y gatuelas.

Y toma la otra puerta
que va hacia las estrellas
y ve su futuro
hace ya décadas.
Cuando era un asceta
en medio de la tormenta
que contenía la respiración
con mucha, mucha fuerza.
Y se puso azul
y luego violeta
hasta tener las manos
dentro de la tierra.
Y volvió a respirar
tras toda esa espera
pasando por el Olimpo
y por el universo azteca.

Y vuelve a lo gatuno
y encuentra su gata coqueta
que baja por una escalera
moviendo su colita
sin prisa y por fuera.

Y es tan risueña
casi como una fresa
y le ofrece leche fresca
y besos en hileras.

Y entonces le pregunta:
¿Por qué no me ves?
¿Por qué no me esperas?
¿A qué tanta impaciencia?
No ves para todo
hay una respuesta
y que mi nariz
no está hueca.

Y ella le contesta
entre lenguas extranjeras:
dame la mano,
gatueco artista
no tengamos tanta prisa
en disfrutar de la brisa.

Porque viene de Siria
y también de Nambia
y sabe a especias
nacidas en el India

Porque sabe a leche materna
y a salsa de pescadilla,
es como una cazuela
que te llena la barriga

Y él se atusa los bigotes
y le saca la lengua
y viven mil aventuras
y quinientas epopeyas.

Gracias a rauschenberger por la foto

El pirata de trapo

El pirata de trapo

A-trapo-do entre abotonados adoquines
soy el vigía del colchón y de la cama,
que lleva un sombrero hecho de calcetines
y unos anteojos graduados de fina lana.

En la terraza veo un mar de balancines
que me hipnotiza a través de la persiana
queriendo saltar este montículo de cojines
como un trapo-cista o como un hombre bala.

Tengo ganas de conquistar lejanos confines,
vencer a trapocientos bandidos de mala fama,
seducir a rubias muñecas a base de rubíes
y disfrazarme de mar-ron hasta la madrugada.

Seré una leyenda con la pistola de balines,
un trapirata bravucón de garfio, palo y pata
que morderá tanto a tiburones como delfines
y morirá a bordo de su incendiada fragata.

Por eso te pido infante que un día me mires
y recojas con tus brazos al reo de las mantas,
volando al viento feroz de tus rápidos patines
hacia el barco mágico que fondea en la terraza.

Gracias a Capri23auto por la foto

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