La línea y la esfinge
Andaba por una línea fina
cargada de serotonina
cuando vi un paraje
que me llevó a observarte.
Estabas suspendida en el cielo
en medio del deshielo,
cerca de una ladera
con forma de esfera,
con muchas herramientas
y otras tuercas
que alimentaban la materia.
Y grité a tu sombra:
¿Por qué tanta zozobra?
¿Por qué justo ahora;
hay algo que sobra
en la inmensidad de tu obra?
“Tus lágrimas son tristes
como pensamientos grises,
un tanto indivisibles
como las líneas de Euclides.
Quizás, todavía te resistes.
Nada es tan terrible.
Suéltate a lo que existe.“
Y se convirtió en una esfinge
tan bella como Nefertiti;
veía a través del tiempo
en medio del invierno;
no había tristeza,
ni tampoco desasosiego;
solo un suspiro eterno
que abracé como un destello.
Gracias a sciencefreak por la foto