Los colores de la mirada
No veo con los ojos,
no veo con la mirada,
pues más allá de la sombra
todo es madrugada.
Colores oscuros en movimiento,
que escapan en desbandada.
No hay cimientos,
solo llamaradas
que se pierden en el ocaso
como una cascada.
Y me concentró en las cuencas
y me aprieto la cara
pues hay una película
que tiene color malva,
y no me dejar ver
ni escuchar la calma.
He perdido todos
los tonos de la mañana.
Y tengo una idea vaga,
un sendero que conecta el alma
tras el enredo de las parcas;
donde florecen los nidos
y la realidad no es opaca,
sino tan bella y esbelta
como el agua clara.
Y decido beber un poco
tras mojar mis palmas
y veo un pez alado
que sale de una charca.
Y hace una asana
y mueve sus alas
mientras asegura
que la tierra es plana.
Y mira al horizonte
y la realidad se imanta,
como un péndulo
que precede al alba;
con todos esos colores
macizos como el plasma
que cubrirán las llagas
que escalan por mi espalda.
Y entro en una sala
de una lejana comarca,
donde están todas las aves
y suntuosas damas.
Y ellas escuchan
mientras me cantan
una canción añeja
que tiene cuatro patas.
Y en mis oídos se ancla
como una nana,
con su luz tenue
y sus escasas palabras.
Y al fin escucho
entre chanzas:
Largo es el camino
de esta caminata;
no desesperes por los pasos
ni por las paradas.
Solo anda y anda
que llegarás a un sitio
color grana
y estarás tranquilo
como en casa;
mientras miras los colores
que pueblan la tierra vasta.
Gracias a Alexa_fotos por la foto