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El gamo y la pradera

El gamo y la pradera

Y me concentro
y hasta cierro los ojos
y no abro los párpados;
pues no hay bruma, ni niebla,
solo la rueda de los cantos,
que se mueve en círculos
y en espirales,
como ciclos matinales
que llaman a la Luna Nueva
y a la Madrugada Vieja
con sus propios madrigales.

¿De dónde viene esta música bisoña,
esas notas celestiales,
que cuanto más junto entre las palmas,
resuenan como nogales?

Y entró en el bosque de los sonidos
y en los jardines florales,
para bañarme en la fuente
y en todos los estanques,
donde no hay agua,
sino afluentes,
de luminosos caudales.

Es el río que todo lo llena,
el fin de todos los males,
que empiezan por una mente vacía
allí, cerca de los perales.

Es todo espesura,
y todo follaje,
de un verde que desnuda
el ojo y a la imagen.

Está lleno de pigmentos
y de frutos carnales
que se expanden por el éter
entre los árboles.

Y en realidad no hay matojos,
ni tampoco espinas,
porque todo lo que pincha
y desquicia,
solo entra por el ojo
de la visión estricta.

Y entre los robles,
y la hierba,
oigo al final de la espesura
un gamo,
de ideas inciertas,
que corre entre las matas
con sus pezuñas hacia afuera.

Y se tumba en la pradera,
colea que colea,
y me saca la lengua,
con los ojos en blanco
y la mirada tuerta.

Y yo le hablo
y le pregunto por los salmos
y por otras mancuernas,
y el me mira aturdido
mientras berrea.

“Te vas a volver loco
y te va doler la cabeza
tantas ideas saben a poco,
si no escuchas lo que suena.
La realidad parece hueca
como las ramas de un olmo,
así que déjate de escorzos
y canta ya a capela.

Que no siempre serás mozo
sino más bien pronto
carne que azulea.
Así que juega un poco
entre faldas y gorjeas
y llama al amarillo y al naranja
que hay en las mozuelas.

Salta y canta,
pues este valle
no se va a ninguna parte.
Se queda donde está
con todos sus estanques
y todas sus azucenas.
Para que tantas veces te bañes,
tantas veces ames,
pues el fruto de la primavera
cuelga ya de los ramales.
Así que extiende la mano
y ya no me hables.
la puerta que tanto buscas,
está entre las voces corales.”

Gracias a Brigachtal por la foto

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