El petardo
Un petardo explosivo
se encontró con un mendigo,
de nombre Rodrigo,
y le preguntó un tanto aturdido:
“¿Y si hago explosión?
¿Y si por una vez me derrito?”
“Se te elevarán los sentidos
y perderás los remilgos.
No hay mejor forma
de conocer el infinito.”
“Pero tengo miedo
de quemarme en el destino
y de que no quede testigo
tras el último estallido”
“Eres un petardo,
y no amigo del sigilo.
Eres como el fuego fatuo
pero de bolsillo.
Así que haz estallar tu boom
y esparce el estruendo contigo,
hay mucha verdad
en ese fogoso sonido”
Y se bautizó como Piros
y sintió por fin alivio,
de verdad estaba vivo,
tenía carácter alcalino,
alma de encendedor antiguo.
Nada quemaba,
ni tampoco hacía frío,
solo veía una llama
de color prístino.
Y al fin lo hizo,
prendió su hilo;
y se esparció por el aire
bramando como un pellizco.
Gracias a StockSnap por la foto