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Etiqueta: vaso

El Alfa y el Omega

El Alfa y el Omega

El Alfa y el Omega
al parecer eran dos letras
como dos islas griegas,
ya bastante añejas,
que entraban en guerra
cuando discutían entre ellas.

“¿Por qué todo lo comentas?
¡Anda, Alfa esa sí que es buena!
¿Pero qué dices, Omega?,
protestaban en respuesta.»

Hasta que un día leyeron
un proverbio en una galleta:
«Si conoce lo que suena
y apenas parpadea
algo debe saber
de lo que alardea.»

Y una tarde se fueron de juerga
y perdieron algunos trazos
por darle mucho al vaso,
y por fin se hicieron caso
y se hablaron como en años.

“Yo te quiero, Omega
pues eres tan bella,
pero tienes que
liberarte de tu pena,
esa que te atenaza
desde que eres enana.»

«Y yo te quiero a ti, Alfa
desde antes del alba
y de que tuviéramos casa.
Tienes que librarte de tus miedos
y de todos tus tropiezos.
Ya no hay culpa,
ya no hay penuria;
solo un sol abierto
en mitad del cielo.

Y se dieron la mano
como dos renacuajos
y miraron al infinito
con ojos de corpiño
y allí vieron el inicio
sin ningún resquicio.

No había realidad envuelta,
ni ninguna cubierta,
solo un ser puro
repleto de bromuro.

Y le miraron los dos
con óvalos de bismuto
y se hicieron uno
dentro del conjuro.

Y estaba todo lo creado
y todo lo pensado,
realidades a pares
que bailaban en los mares.
Una energía traslúcida
que del todo era única.

Gracias a usuario 7854 por la foto

El araño

El araño

Y soñé con un arácnido
que tenía ocho brazos
unas alas en las espalda
y patas en vez de manos.

Y se quedaba suspendido
en el aire con cara de despistado,
revoloteando emancipado
con el tiempo prorrogado.

Buscaba el torrente dorado
que se veía en la tierra
cada quinientos años.
Cuando todo estaba en cambio,
cuando los sueños se ponían
de color anaranjado.
Como un abejaruco
fuerte y potentado
que concede deseos
al que pasa por su lado.

Y me mostró un espejo
que era cóncavo y abombado
donde los cristales se fundían
en un multicolor vaso;
con un líquido edulcorado
intenso y abigarrado
que contenía un ámbar
que reflejaba lo anhelado.

Y por fin me habló el araño:

“Tiempo has tardado en venir,
mi querido paisano
¿A qué tenías tanto miedo,
a desplegar todo tu halo
y quedar de pronto calcinado?
¿A desplegar todo tus dones
en este instante pausado?
¿O a volar encima de los montes
como hacíamos antaño,
cuando mares de colores
bañaban todos los astros,
y los hados susurraban
un preludio emancipado?

No temas querido paisano,
todo es posible antes de mayo.
¿No ves cómo se proyecta
todo tu campo?
Eres energía pura
y potencia al cuadrado.
Es la suma de posibilidades
que ya se están dando.
Es el fruto del naranjo
que cae antes del verano
y derrite el espejo
en miles de actos.”

… Y todo bailó en naranja…

Gracias a @vidarnm por la foto

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