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Etiqueta: visillo

El gnomo

El gnomo

Y vi un gnomo
que cantaba en un pozo
y estaba un poco solo;
y de pronto,
me señaló un pomo.

“Soy todos y cada
uno de vosotros;
he vivido mil vidas
que arrastro en el lomo
y miro al infinito
con cara de bobo.

No sigo las normas
del decoro
y apenas entono;
pero cuando
me escabullo del ojo,
veo un esbozo
¡qué es tan poderoso!
Una realidad inmensa
que ya está abierta,
pues no hay puerta
y la luz sale
como mil manantiales.

Y sigo cantando
como hacia antes,
en todos los lugares
presagios matinales,
y me quedo en trance
hasta dar el cante,
pues soy juez y parte
de mi obra de arte.

Y la luz me saluda,
y me saca la lengua
pero no se lo tengo
en cuenta
¿Quién pudiera?
Si embelesa
y me enseña el camino
de salida de la acequia.

Y entonces vuelo
como un meteorito,
con voz de pito
hacia el mundo del sigilo
que se oculta tras el visillo
y que sabe a membrillo.

Es un mundo florido
que vive desde hace siglos
y se esconde entre
los entresijos
de todo lo descrito.

Y me doy cuenta
de que estoy vivo
y canto a voz en grito:
¡Vivo, vivo y soy niño!

No más gnomo,
no más olvido;
y me adentro
en el resquicio
que lleva al infinito.”

Gracias suju-foto por la foto

El jardín

El jardín

Y me levanté un domingo
y el jardín estaba tibio
como si hiciera frío
y él no hubiera venido.

¿Se habría perdido
por el camino
viendo las amapolas,
los caracoles y los lirios?

¿Por qué hacía tanto frío?
¿Cómo es que hacía
tanto que no habías venido?*
Y corrí un visillo
para ver el mundo
como hace siglos.
Y allí vi un enorme pistilo
que se movía
con mucho brío.
Era muy sabroso
y también productivo
y segregaba un líquido
de colirio amarillo.
Y me lo acerqué a los ojos
y al cristalino
y empecé a ver las sombras
que emanaron al principio
cuando no había formas
y solo estruendo en estallido.

Y me senté ante mis demonios
y mis prejuicios
para preguntarle una duda
que me tenía en vilo.

Y él me respondió
desde el paraíso
que yo no encontraba
y creía perdido:

“Escucha querido amigo,
Yo no soy el enemigo.
Estoy en todos los lados
y en todos los sitios.
Soy la eterna fuente
de lo que no ha nacido.
Respira hondo ahora
y siente tu ombligo;
toda la fuerza que nace
de color amarillo.
¿Realmente puedes notarla?
¿Captas todo el brillo
que deforma el mundo
antes del astigmatismo?
Es un nudo de colores
que inunda tu pelvis y tus latidos;
que pasa por tu garganta
y por el enclave rojizo
que es toma de tierra
y alimento divino.
Y se extiende a tu frente
y por tu sexto sentido
para subir al cielo malva
en un último suspiro.

Y ya estás en el jardín,
ya estás en el paraíso
donde siempre has querido.
Donde están los caracoles
las amapolas y los lirios.
Donde no hace frío
y no hay abrigos;
donde estamos todos
muy muy unidos.
Como hace siglos,
como era al principio.
Un eterno vacío
lleno de posibilidades
por la falta de juicio.
Un eterno lugar
que se abre cuando respiro,
porque no hace calor
ni tampoco frío;
es una nube de colores
que muestra siempre su brillo.

Gracias a Annie Spratt por la foto

*Esta semana ha cambiado
porque ya ha venido
y todo es mucho más amarillo.

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