No juzgues
La realidad es inmanente;
un pozo de agua fresca,
soluto y disolvente,
un régimen emergente
sin ententes
ni continentes,
óxido del éter
nacido para siempre.
Un dodecaedro dorado
que no fue forjado,
con tantas caras
y tantos lados
como seres creados.
Es una corriente
de agua bendita
que no necesita
ser bendecida,
porque resucita
y regurgita
un montón de maravillas.
Porque nunca se hizo trizas
pase lo que pase en la mirilla,
y por mil veces que lo dividas:
¿Qué es una ecuación
sin solución?
¿Qué es un teorema
que se enreda?
Quítate los ropajes
de la mente
y sumérgete en detergente,
porque allá abajo
en las caricias del sustrato
no hay dolencias
ni eccemas
ni nada que duela.
Hay una selva
de quietud y presencia
sin indirectas,
los cultivos de la siembra,
el fin de la niebla
y lo que requiebra.
Una puerta
que es puro ecosistema.
Jardín de luces y sutilezas
que habla la lengua
de la conciencia.
Es abierta y multicierta,
por sus manchas de colores
y polifacéticos olores.
Porque trasciende lo informe
y se presenta al ojo miope.
Una mirada de arlequín
para captar el sinfín,
un palanquín danzarín
que se sustenta en el devenir.
No juzgues,
no quebrantes
en miles de partes
y millones de cristales
Harán que te alces
y estés distante,
un verdadero dislate
para ser alguien,
ya seas rey o paje
estarás al margen.
La realidad es cauce
del mismo instante,
universo totalitario
que se expande.
Pero no serás consciente
sumido en tu traje,
libérate del tonelaje
mira al centro de la imagen,
al ser constante
que ahora se reparte.
No juzgues,
No juzgues más, diantres.
Rompe el embalaje
y sumérgete en este lance;
no hay más tarde
ni tampoco antes.

Gracias por la foto jplenio