Tierra de lagartos
Y me levanté en una explanada
llena de lagartos;
estaban todos tan hartos,
muchos eran mancos
y llenos de colores pardos.
Pero conocían la historia universal,
esa que nunca de acabar,
pues no tiene final:
la forma se disolverá
y la esencia quedará.
Y se abrió un claro
en medio del contingente
del que se desprendió la fuente
con palabras en lengua ardiente:
“¿A qué tanto miedo?
Ya has llegado a la puerta;
siempre estuvo abierta
por más que amaneciera;
así que ya, entra.”
Y vi la llave del universo
que en realidad estaba hueco;
era como un cuento,
una fábula o verso suelto;
un gran destello
que se deshacía en mis dedos.
La luz permanecía
y yo despertaba del sueño.
Y en la tierra reptil
habló el gran lagartero:
que se dieran las manos
y abrazarían el fuego,
y subirían por la escalera
que tocaría el cielo,
siempre claro,
muy cerca del suelo.
Gracias a Freephotos por la foto